sábado, 20 de noviembre de 2010

EL KIAI

escrito por Kumashiro Hikotaro

El Kiai puede ser descrito como el poder potencial que gobierna el curso de la vida humana, y la fuente de energía inherente a la raza humana; en síntesis, la energía de las energías.
La existencia del Kiai y la posibilidad de controlarlo han sido reconocidas desde tiempo inmemorial, aunque siempre esa posibilidad ha sido asociada con las artes marciales y considerada como una suerte de monopolio de la clase samurai, a la cual la gente común no tiene posibilidad de aspirar. De todos modos, esta concepción es errónea, ya que la presencia del Kiai puede ser detectada en todas las actividades del hombre, desde la política al ajedrez. Desde un punto de vista occidental, el aspecto más importante de la investigación serán las indicaciones sobre el método por el cual el poder de utilizar el Kiai puede ser adquirido.
La palabra Kiai está compuesta por Ki, significando "mente", "resolución", "espíritu", y Ai, la contracción del verbo AWASU, que significa "unir". Como sugiere naturalmente esta combinación, denota una condición en la cual dos mentes están unificadas de tal manera que la más fuerte controla a la más débil. Psicológicamente este es el arte de concentrar toda la energía mental en un solo objeto, con la determinación de alcanzar o dominar este objeto; Físicamente es el arte de la respiración profunda y prolongada, como se explicará detalladamente más adelante. Su aplicación práctica es vencer a un oponente con el cual uno se enfrenta cara a cara.
Podemos considerar primero la utilidad del Kiai aplicado a las artes marciales. El Bushido tiene sus bases en la rectitud mental (moral?) y esta última es la esencia del Kiai. Cuando nuestra mente es injusta, de poco nos servirá el Kiai.
Las artes marciales están divididas en muchas ramas, pero el Kiai es la vida de todas; sin Kiai ninguna puede llegar a la perfección. En la opinión del guerrero japonés, no es el mero arte concreto, si tal expresión es permisible, el que hace posible la obtención de la victoria; el secreto reside en el Kiai. Es el combatiente que consigue control sobre su antagonista el que vence, y no es simplemente el arte de la esgrima o lucha, sino el Kiai quien brinda al combatiente el poder de conseguir ese control. Así, Yamaoka Tesshu, el más avezado esgrimista de su tiempo, revela el secreto del arte de la esgrima con las siguientes palabras: "No fijes tu mente en la actitud que asume tu rival, ni la asumas como tuya, ni tampoco tu espada. En cambio fija tu mente en tu Saika Tanden (la parte del abdomen situada bajo el ombligo) y no pienses en golpear a tu oponente ni en recibir en golpe de parte de él. Desecha todo designio específico y precipítate al ataque en el momento en que veas a tu enemigo en el acto de blandir la espada sobre su cabeza".
Jujitsu (literalmente "técnica suave") como su nombre implica, está basado en el principio de oponer suavidad o elasticidad a la dureza. Su secreto reside en mantener el cuerpo lleno de Ki, con elasticidad en los miembros, y en estar siempre alerta para utilizar la fuerza del enemigo en ventaja propia, empleando la mínima fuerza muscular. "La suavidad conquista la dureza" es una frase que expresa la idea del uso apropiado del Kiai.
No sólo en esgrima y Jujitsu, sino también en otras ramas de las artes marciales, el Kiai debe ser ejercido inteligentemente si se desea obtener los mejores resultados.

Ahora consideramos al Kiai en conexión con la respiración. Cuando uno expele el aire de los pulmones siente relajarse los músculos y los huesos, mientras que al llenar los pulmones y abdomen de aire, uno es consiente del fenómeno opuesto. Al expeler el aire se pierde vigor, mientras que al inhalar se gana fuerza. En el lenguaje esotérico japonés, la última condición es llamada "plenitud" y la primera "vaciedad". Atacar la vaciedad con plenitud es un medio seguro de obtener la victoria. Si en el acto de atacar, uno de los combatientes tiene los pulmones llenos de aire, mientras que los del otro están vacíos, el primero tiene la victoria segura. Al menos, así es en teoría. Mirando bajo esta luz, el Kiai debe ser considerado sinónimo del acto de respirar. La frase frecuentemente usada por los maestros de esgrima japoneses, "KIAI O KAKERU" (revelar el Kiai) significa caer sobre el enemigo con un grito en el momento exacto en que éste ha exhalado el aliento. El secreto de la respiración Kiai reside en llenar el Saika Tanden antes descrito, en vez del pecho, como hacemos los occidentales. Lo que puede ser llamado respiración abdominal profunda es denominado en japonés FUKUSHIKI KOKYU. Hay muchos métodos para respirar de esta manera, pero una delas más simples es la siguiente: "Tome una tira de tela de algodón de alrededor de 180 cm., dóblela dos veces, pásela dos veces alrededor del estómago, justo debajo de las últimas costillas y ajústelo apretadamente en esta posición. Entonces trate de inhalar aire profundamente hacia el estómago. Repita el proceso tres o cuatrocientas veces al día, y hasta dos o tres mil veces, si puede acostumbrarse. Al hacer esto mantenga el cuerpo relajado, los hombros hacia abajo, la espalda derecha, y siéntese de tal forma que la punta de su nariz esté alineada con el ombligo (o saika tanden). Acostúmbrese al sentarse a presionar el asiento con las caderas, y al caminar proyectar el abdomen más adelante que los pies. Estas instrucciones pueden ser difíciles de cumplir, pero la idea es regular sus movimientos, como si usted tuviera un objeto siempre a la vista. Al enfrentarse a un oponente, tanto en postura de pie o sentado, mírelo directamente al rostro, pero no omita por un momento tener su ojo mental dirigido hacia el Saika Tanden; cuide de respirar según las instrucciones dadas, y de este modo no será distraído por objetos extraños".
Lo que es llamado MUNEN MUSHIN (literalmente: "sin idea-sin mente") es un factor esencial en el Kiai, y puede ser adquirido regulando la respiración. Con respecto a esto, puede ser mencionado el célebre monje budista llamado Takuan. Escribe en su famoso libro "Kitsuyoshu": "Munen Mushin es el nombre de Buda. Al abrir la boca para explorar el aire, surge NA, y al cerrarla para inhalar, se obtiene MU. Al abrir la boca nuevamente surge A, y al cerrarla otra vez, MI. Abriéndola nuevamente, surge DA, y al cerrar BUTSU. Así la triple inhalación y exhalación es equivalente a la invocación budista NAMU AMIDA BUTSU, que es el símbolo de las letras A y UM. El sonido A es producido al abrir la boca, y el UM al cerrarla. Así, puede decirse que en el estado de total ausencia de la mente (MUNEN MUSHIN) siempre se repite el nombre de Buda, aunque no se pronuncie en voz alta".
Puede advertirse entonces que el secreto del Budismo está relacionado con este AUM, o sea el arte de controlar la respiración.
Otra condición física esencial del arte del Kiai es el control de la postura. La primera premisa es mantener el cuerpo relajado, elástico, como si fuera de goma. Para alcanzar esta condición, otra vez, es necesario concentrar el vigor en el Saika Tanden, mientras se mantiene el pecho vacío. La postura tiene gran influencia sobre la respiración, y ambas deben ser estudiadas conjuntamente. El segundo punto a observar es mantener la boca cerrada y las mejillas entradas hacia la garganta. En el sistema de Za Zen se enseña al estudiante a mantener las orejas en una línea con los hombros, y la nariz en una línea con el ombligo. Y aquí está precisamente la posición requerida. Si se mantiene la boca cerrada y las mejillas hundidas, los principales músculos de la garganta están en tensión, y la columna vertebral derecha. Esta última proporciona la fuerza apropiada al bajo abdomen. El efecto de la postura sobre el cuerpo y la mente es grande. Físicamente, la correcta postura estimula la circulación de la sangre, vigorizando los músculos y otros órganos. El efecto mental no es menos considerable. En el entrenamiento, tanto de samuráis como de monjes zen, se les ha enseñado desde tiempos remotos que la boca se debe mantener cerrada, y el aire inhalado a través de las ventanas nasales para impartir fuerza al bajo abdomen o Saika Tanden. El mantenimiento de la postura descrita refresca la mente e imbuye al sujeto de un aire dignificado, el cual es también un factor importante en el arte del Kiai. Hay un viejo dicho en el Budo o "Camino del Guerrero", que dice: "Primero los ojos, segundo la astucia, tercero el coraje, cuarto la fuerza física".

En el Kiai también se da gran importancia a los ojos por dos razones, siendo la primera la necesidad de cultivar la visión rápida y clara, y la segunda la ayuda que estos órganos brindan en la asunción de la dignidad a la cual se ha aludido.
De acuerdo a esto, el hábito de mirar rectamente a las cosas debe ser asiduamente practicado. El celebrado filósofo Mencius dice que "Los ojos son los mejores elementos para juzgar a los hombres". Cuando la mente es oscura, los ojos son apagados. "Escuche hablar a un hombre y mírelo a los ojos; no podrá ocultar los secretos de su alma". Los ojos son espejos del estado mental, y pocos hombres o mujeres de conciencias culpables tienen los ojos claros y brillantes. El estudiante de artes marciales y del Kiai debe, por lo tanto, cultivar el hábito de mirar recto al rostro de su interlocutor, u observar cualquier objeto de la misma manera, sin parpadear.
Lo que es llamado NIGIRI KATAMI (literalmente "asir fuertemente") significa unir los dedos firmemente con los pulgares hacia abajo. Se dice que esta práctica proporcionará vigo y coraje el cuerpo, y facilitará conservar la mente firme en las más difíciles circunstancias. En todas las artes marciales el japonés está dispuesto a adjudicar más importancia a la parte de su cuerpo que está por debajo de la línea de la cintura, que a la parte superior. Es aconsejable poner más fuerza en los pies que en los brazos y manos. Cuando uno está asustado, está propenso a perder el uso de los miembros inferiores y permanecer inmóvil como una piedra. Al estudiar el arte del Kiai, los pies deben ser cuidadosamente entrenados. Una buena práctica es pisar fuerte de vez en cuando, o andar de un lado a otro con los brazos y manos alrededor de la cintura; al caminar debe cuidarse en aplicar el peso del cuerpo más en los dedos que en los talones.
Un conocido filósofo chino de la dinastía Ming dijo: "Si se mantiene la mente una e indivisa, se acomoda por sí misma a diez mil circunstancias diferentes. Esta es la razón por la cual un hombre superior puede mantener su mente vacía y quieta". Estas palabras explican el aspecto psicológico del arte del Kiai. Por unidad e indivisibilidad de la mente se entiende la unificación de la fuerza mental, que es un factor esencial del Kiai.
La mente (Kokoro) debe estar siempre preparada para enfrentar emergencias que pueden surgir en cualquier momento. No sólo se debe entrenar la mente de la forma arriba descrita, sino también se debe cultivar al hábito de hacer buen uso de la fuerza mental de los oponentes. Para llevar a un oponente bajo control es necesario privarlo de su mente. Esto es, distraer su atención y dominarlo para tomar ventaja. El conocido monje budista Takuan dijo: "La mente hace del Ki un vehículo, y lo conduce ampliamente en su operación activa". La mente controla al Ki, pero el último puede a veces influenciar a la primera. Cuando el Ki está quieto, la mente también permanece quieta. La mente yace escondida en nuestro ser interior; el Ki opera externamente para llevar a la mente hacia la meta propuesta. En el arte del Kiai es muy importante entrenar y cultivar el. En esgrima y otras artes marciales se acentúa la importancia de un acuerdo o concordancia entre la mente (Ki) y la fuerza (Chikara).
A modo de ilustración, supongamos que usted desea obtener algo hermoso. Esto es lo que en este culto se llama Kokoro o mente, o más literalmente corazón. Para obtener ese algo, usted alarga la mano, o su mano alcanza ese objeto obedeciendo la orden de su kokoro. Esto es lo que los japoneses llaman Ki. Cuando su mano alcanza el objeto y usted lo toma y lo acerca hacia sí, tenemos una manifestación de fuerza, o chikara en japonés. Sin la ayuda de cada uno de estos factores, nada podrá ser suyo nunca. Kokoro (mente o corazón) dicta la acción al Ki, y chikara (fuerza) ejecuta el mandato de su mente. El arte del Kiai tiene relación con el desarrollo de este Ki. Cuando el Ki está apagado y débil, no habrá fuerza suficiente para cumplir las ordenes de la mente. El Kiai implica la fabricación de un cuerpo fuerte por medio de una mente fuerte, endurece todo el ser, haciéndolo invulnerable al ataque.

Quizás estas viejas frases puedan revelar el secreto de este arte:
No tengo familia, hago de la tierra y los cielos mi familia.
No tengo hogar, hago del saika tanden mi hogar.
No tengo poder divino, hago de la honestidad mi poder.
No tengo medios, hago de la docilidad mi medio.
No tengo poder mágico, hago de la personalidad mi magia.
No tengo vida ni muerte, hago del AUM mi vida y mi muerte.
No tengo cuerpo, hago del estoicismo mi cuerpo.
No tengo ojos, hago del relámpago mis ojos.
No tengo orejas, hago de la sensibilidad mis orejas.
No tengo miembros, hago de la prontitud mis miembros.
No tengo leyes, hago de la autoprotección mi ley.
No tengo estrategia, hago de la libertad de matar y resucitar mi estrategia.
No tengo forma, hago de la astucia mi forma.
No tengo milagros, hago de la justicia mi milagro.
No tengo principios, hago de la adaptabilidad mi principio.
No tengo tácticas, hago de la vaciedad y la plenitud mis tácticas.
No tengo talento, hago de la rapidez mi talento.
No tengo amigos, hago de mi mente mi amigo.
No tengo enemigos, hago del descuido mi enemigo.
No tengo armadura, hago de la benevolencia y la rectitud mi armadura.
No tengo castillo, hago de la mente inamovible mi castillo.
No tengo espada, hago de la ausencia de mente mi espada.

El secreto de la victoria en un encuentro reside en esto: no pensar en vencer sino en no ser vencido. Uno es derrotado, porque trata de vencer. Si no es vencido, la victoria siempre estará de su lado. Podría calificar esta observación diciendo que en Judo, al menos en lo que se refiere a competiciones amistosas, a veces ninguna de las partes gana o pierde, pero presumiblemente en batallas hasta el fin, uno de los combatientes, en nueve de casos de cada diez, es vencido.
Sen no Rikyu, que enseñaba la ceremonia del té en los tiempos del Shogun Hideyoshi, era un experto en el arte del Kiai. Hideyoshi solía comentar a sus amigos "Miren a Rikyu haciendo el té, y notarán que todo su cuerpo está lleno de Kiai, y no hay lugar para un ataque". Kato Kiyomasa, el famoso general de Hideyoshi que jugó el rol más importante en la invasión a Corea, al oír este cumplido hecho a Rikyu por su maestro, se decidió a encontrar una oportunidad para humillar al experto en Kiai. Un día acompañó a su maestro a la casa de Rikyu, y detectando lo que le pareció una guardia descubierta, alzó su espada hasta la posición de ataque. Tan pronto como hizo esto, Rikyu se volvió hacia Hideyoshi y le comentó con calma: "Su excelencia tiene un guardia muy orgulloso en Kiyomasa", y se volvió hacia Kiyomasa con una mirada fija que impidió que el nombrado siquiera respirara. Dijimos en este caso que Kiyomasa había encontrado una brecha para atacar, pero su mente estaba relajada en el instante en que pensó en su inminente triunfo, y así Rikyu lo venció con Kiai.
Yagyu Matajuru era el hijo del famoso maestro de esgrima Yagyu Hida-no-Kami, quien era tutor del Shogun Tokugawa en días feudales. Disgustó un día a su padre y fue expulsado de su casa. Matajuru se arrepintió de su conducta errónea, y se decidió a enmendarse. Entonces estudió esgrima con un bien conocido maestro, durante un número de años, en circunstancias bastante difíciles. Llegó a ser bastante eficiente, y de regreso en Edo (la actual Tokyo) fue a ver a un tal Okubo Hikozaemon pidiéndole que usara su influencia con su padre para que lo hiciera levanta la amenaza de desheredarlo; de ese modo Matajuru podría suceder a su padre como maestro de esgrima del Shogun. Hikozaemon era afecto al descarriado hijo de su amigo, y por lo tanto consintió en actuar como intermediario para lograr la reconciliación. Al mismo tiempo, pidió a Matajuru una demostración de su pericia en esgrima, ya que sabía que una aseveración en este aspecto tendría más peso ente el padre que cualquier otra cosa. Matajuru al momento consintió y propuso que se llamara a alguien para actuar como oponente, pero como en ese momento no había nadie en la casa, finalmente dijo a Hikozaemon que en cambio le daría una demostración de Kiai. Así diciendo, miró hacia el jardín, donde vio unos cuantos gorriones posados sobre una rama de un alto pino, y fijando fuertemente la vista en los pájaros, pronunció el Kiai, e instantáneamente los pájaros cayeron al suelo inanimados. Cuando relajó el Kiai los pájaros salieron volando, ganada nuevamente la conciencia. Hikozaemon estaba atónito de admiración, y no tuvo dificultad en efectuar la reconciliación del joven con su padre, como había prometido. Este particular poder es conocido en las escuelas japonesas de esgrima como Toate no Jutsu, o "el arte de golpear a distancia".
Yamamoto Kausuke, un celebrado estratega que sirvió a Takeda Shingen antes de la invasión a Corea de Hideyoshi, un día estaba pasando por un bosque montañoso, cuando una manada de lobos hambrientos aparecieron de pronto y le rodearon. En un impulso momentáneo, Kausuke trató de atacar a los animales, llevando la mano a la empuñadura de la espada, pero un segundo pensamiento lo detuvo, ya que concluyó que sería un deshonor para un samurai usar tal arma contra esos animales. En cambio, calmosamente unió sus muñecas con los pulgares por debajo de los demás dedos, en el estilo nigiri katami mencionado, y fríamente pasó a través de la horda de lobos. Estos parecieron retroceder ante la compostura y aire digno de Kausuke, y se volvieron sobre sus talones.

Existen muchas anécdotas sobre maravillosos poderes y hazañas realizadas por expertos en el arte del Kiai. El asir hierros al rojo vivo sin ningún daño visible en las manos y otros sucesos son adjudicados a la aplicación práctica del Kiai, el cual se ejerce no sólo entre seres vivientes sino también sobre objetos inanimados a través de un delicado proceso psicológico.
Existe el kuji goshin ho, o método de protección del propio cuerpo por medio de nueve ideogramas, los cuales ocupan un lugar muy importante en las enseñanzas de la secreta secta Shingon del Budismo. Este método es, de hecho, nada más que una parte del Kiai.

El Kuji, o nueve ideogramas, comprende rin, hei, to, sha, kai, jin, retsu, zai y zen, y el método de practicar este arte puede ser explicado como sigue:

RIN: cerrar ambas manos, y entonces unir y separar los dedos índice, uno contra el otro. Llevar los dedos conectados hacia el pecho y repetir tres veces la palabra Rin. Levantar las manos cerradas por encima de la cabeza y luego separarlas.

HEI: cerrar los dedos meñique y anular de cada mano y unir los dedos medios uno contra el otro. Poner los dedos índices debajo de los medios y repetir Hei tres veces, y entonces separar los dedos.

TO: unir las manos abiertas de modo que las yemas de los dedos se toquen levemente, y repetir la palabra To tres veces.

KAI: entrelazar firmemente los diez dedos y mantenerlos apretados, pero dejando los dedos índices juntos y erectos, uno contra el otro. Repetir Kai tres veces.

JIN: entrelazar los diez dedos hacia adentro de modo que se toquen bien con las palmas, y luego repetir Jin tres veces.

RETSU: cerrar la mano izquierda con la palma hacia la derecha. Liberar el dedo índice, extendiéndolo hacia arriba; colocar el pulgar sobre la coyuntura última (inferior) del dedo medio; llevar la mano cerrada hacia el pecho; tomar la yema del dedo índice de la mano izquierda con la derecha y repetir Retsu tres veces.

ZAI: extender los dedos de ambas manos y conectar las yemas de los dedos índices y pulgares de modo de formar un rombo, y de esta manera llevarlo cerca del rostro, repitiendo Zai tres veces.

ZEN: cerrar la mano izquierda con la palma hacia arriba, llevarla cerca del pecho, y allí cubrirla con la derecha, los dedos extendidos. Repetir Zen tres veces.

Después de pasar por las formas arriba mencionadas en rápida sucesión, unir y entrelazar los dedos de ambas manos, levantarlos arriba de la cabeza y repetir Wo tres veces, después de los cual se pueden separar las manos.
Este proceso, se cree, aniquilará las fuerzas de la maldad y el peligro, y por lo tanto guardará al cuerpo contra todo posible peligro. Este arte era ampliamente practicado por los samuráis en los tiempos feudales. Podemos asumir que su eficiencia se debe a alguna virtud oculta inherente a los ideogramas citados que el hábito de la concentración mental y continuidad que pueden ser acrecentadas con la constante repetición de estas fórmulas.

sábado, 13 de noviembre de 2010

BUSHIDO

El Arte de la Estrategia

Los samuráis y su modo de vida fueron oficialmente abolidos en los primeros años de 1870.
No había necesidad para los hombres luchadores, para los guerreros, para los samuráis.
Pero no fueron olvidados del todo.
Aunque esa es otra historia .

Introducción

Bushido, literalmente traducido como "El Camino del Guerrero", se desarrollo en Japón entre las eras Heian y Tokugawa (S.IX-XII). Era un modo de vida y un código para el samurai, una clase de guerreros similar a los caballeros medievales de Europa.
Estaba influenciado por el Zen y el Confucionismo, dos diferentes escuelas de pensamiento de esos periodos. El Bushido pone el énfasis en "Lealtad, auto-sacrificio, justicia, sentido de la vergüenza, modales refinados, pureza, modestia, frugalidad, espíritu marcial, honor y afecto"

El Código de Bushido

Estos son los siete principios que rigen el código de Bushido, la guía moral de la mayoría de samurai de Rokugan. Sed fieles a él y vuestro honor crecerá. Rompedlo, y vuestro nombre será denostado por las generaciones venideras.

1. GI - Honradez y Justicia
Sé honrado en tus tratos con todo el mundo. Cree en la Justicia, pero no en la que emana de los demás, sino en la tuya propia.
Para un auténtico samurai no existen las tonalidades de gris en lo que se refiere a honradez y justicia.
Sólo existe lo correcto y lo incorrecto.

2. YU - Valor Heroico
Álzate sobre las masas de gente que temen actuar. Ocultarse como una tortuga en su caparazón no es vivir.
Un samurai debe tener valor heroico. Es absolutamente arriesgado. Es peligroso. Es vivir la vida de forma plena, completa, maravillosa. El coraje heroico no es ciego. Es inteligente y fuerte.
Reemplaza el miedo por el respeto y la precaución.

3. JIN - Compasión
Mediante el entrenamiento intenso el samurai se convierte en rápido y fuerte. No es como el resto de los hombres. Desarrolla un poder que debe ser usado en bien de todos.
Tiene compasión. Ayuda a sus compañeros en cualquier oportunidad. Si la oportunidad no surge, se sale de su camino para encontrarla.

4. REI - Cortesía
Los samurai no tienen motivos para ser crueles. No necesitan demostrar su fuerza. Un samurai es cortés incluso con sus enemigos. Sin esta muestra directa de respeto no somos mejores que los animales.
Un samurai recibe respeto no solo por su fiereza en la batalla, sino también por su manera de tratar a los demás. La auténtica fuerza interior del samurai se vuelve evidente en tiempos de apuros.

5. MEYO - Honor
El Auténtico samurai solo tiene un juez de su propio honor, y es él mismo. Las decisiones que tomas y cómo las llevas a cabo son un reflejo de quien eres en realidad.
No puedes ocultarte de ti mismo.

6. MAKOTO - Sinceridad Absoluta
Cuando un samurai dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho. Nada en esta tierra lo detendrá en la realización de lo que ha dicho que hará.
No ha de "dar su palabra." No ha de "prometer." El simple hecho de hablar ha puesto en movimiento el acto de hacer.
Hablar y Hacer son la misma acción.

7. CHUGO - Deber y Lealtad
Para el samurai, haber hecho o dicho "algo", significa que ese "algo" le pertenece. Es responsable de ello y de todas las consecuencias que le sigan.
Un samurai es intensamente leal a aquellos bajo su cuidado. Para aquellos de los que es responsable, permanece fieramente fiel.
Las palabras de un hombre son como sus huellas; puedes seguirlas donde quiera que él vaya.
Cuidado con el camino que sigues.

Algunos comentarios de Mirumoto Jinto, Rikugunshokan del Clan del Dragón, sobre el código de Bushido:

Sobre el valor:
El camino del valiente no sigue los pasos de la estupidez.

Sobre la lealtad:
Un perro sin amo vagabundea libre. El halcón de un Daimyo (Señor Feudal) vuela más alto.
Solo hay una lealtad superior a la del samurai hacia su Daimyo: la del Daimyo hacia sus súbditos.

Sobre el Respeto:
Un alma sin respeto es una morada en ruinas. Debe ser demolida para construir una nueva.

Sobre la Excelencia:
La perfección es una montaña inescalable que debe ser escalada a diario.

Sobre la Venganza:
La ofensa es como un buen haiku (Breve poema japonés de tres versos): puede ignorarse, desconocerse, perdonarse o borrarse, pero nunca puede ser olvidada.

Sobre la Espada:
Mi hoja es mi alma. Mi alma pertenece a mi Daimyo. Ultrajar mi hoja es afrentar a mi Daimyo.

Sobre el Honor:
La muerte no es eterna; el deshonor, sí.

Sobre la Muerte:
El samurai nace para morir. La muerte, pues, no es una maldición a evitar, sino el fin natural de toda vida.

El Credo del Samurai

No tengo parientes, Yo hago que la Tierra y el Cielo lo sean.
No tengo hogar, Yo hago que el Tan T'ien lo sea.
No tengo poder divino, Yo hago de la honestidad mi poder divino.
No tengo medios, Yo hago mis medios de la docilidad.
No tengo poder mágico, Yo hago de mi personalidad mi poder mágico.
No tengo cuerpo, Yo hago del estoicismo mi cuerpo.
No tengo ojos, Yo hago del relámpago mis ojos.
No tengo oídos, Yo hago de mi sensibilidad mis oídos.
No tengo extremidades, Yo hago de la rapidez mis extremidades.
No tengo leyes, Yo hago de mi auto-defensa mis leyes.
No tengo estrategia, Yo hago de lo correcto para matar y de lo correcto para restituir la vida mi estrategia.
No tengo ideas, Yo hago de tomar la oportunidad de antemano mis ideas.
No tengo milagros, Yo hago de las leyes correctas mis milagros.
No tengo principios, Yo hago de la adaptabilidad a todas las circunstancias mis principios.
No tengo tácticas, Yo hago del vacío y la plenitud mis tácticas.
No tengo talento, Yo hago que mi astucia sea mi talento.
No tengo amigos, Yo hago de mi mente mi amiga.
No tengo enemigos, Yo hago del descuido mi enemigo.
No tengo armadura, Yo hago de la benevolencia mi armadura.
No tengo castillo, Yo hago de mi mente inamovible mi castillo.
No tengo espada, Yo hago de mi No mente mi espada.

Origen e influencias

El Bushido procede del Budismo, Zen, Confucionismo, y Sintoísmo. La combinación de esas 3 escuelas de pensamiento y religiones ha formado el código de los guerreros conocido como Bushido.
Del Budismo el Bushido toma la relación con el peligro y la muerte. El samurai no teme a la muerte ya que creen, tal como enseña el Budismo, que tras la muerte se reencarnaran y volverán a vivir otra vida en la tierra. Los samurais son guerreros desde el instante en que se transforman en samuráis hasta el momento de su muerte, ellos no tienen miedo al peligro.
A través del Zen, una escuela del budismo, uno puede alcanzar el definitivo "absoluto".
La meditación Zen enseña como concentrarse y alcanzar un nivel de pensamiento que no puede ser explicado con palabras. El Zen enseña como "conocerse a si mismo" y no limitarte. El samurai utiliza esto para como una herramienta para desembarazarse del miedo, la inseguridad y finalmente los errores. Estas cosas podrían matarle.
El Sintoísmo, otra doctrina japonesa, da al Bushido su lealtad y patriotismo. El Sintoísmo incluye la veneración a los ancestros, lo cual hace a la Familia imperial la fuente de la nación. Esto da al Emperador una reverencia casi divina. El es la representación del Cielo en la Tierra. Con semejante lealtad, el samurai se compromete con el Emperador y a su Daimyo o señor feudal, samurai de mayor rango.
El Sintoísmo también proporciona la columna vertebral del patriotismo hacia su país, Japón. Ellos creen que la Tierra no esta para satisfacer sus necesidades, "es la residencia sagrada de los dioses, los espíritus de sus antecesores..." (Nitobe 14)
La Tierra es cuidada, protegida y alimentada por un intenso patriotismo.
El Confucionismo proporciona sus creencias en las relaciones con el mundo humano, su entorno y su familia. El Confucionismo da importancia a las 5 relaciones morales entre Maestro y Siervo, Padre e Hijo, Marido y Esposa, Hermanos mayor y menor, y Amigo y Amigo. Esto es lo que sigue el Samurai. Sin embargo el Samurai no esta de acuerdo con muchos de los escritos de Confucio. Ellos creen que el hombre no debe sentarse y pasarse todo el día leyendo libros, ni debería estar escribiendo poesías todo el día, un intelectual especialista era considerado como una maquina. En vez de eso el Bushido cree que el hombre y el universo fueron hechos para ser semejantes tanto en espíritu como ética.
Junto con esas virtudes, el Bushido también sigue con sumo respeto la Justicia, Benevolencia, Amor, Sinceridad, Honestidad, y auto-control.
La Justicia es uno de los principales factores en el código del Samurai. Caminos torcidos y acciones injustas son consideradas denigrantes e inhumanas.
Amor y Benevolencia eran virtudes supremas y actos dignos de un príncipe.
Los Samurais seguían un ceremonial especifico cada día de su vida, así como en la guerra.
Sinceridad y Honestidad eran tan valoradas como sus vidas. Bushi no ichi-gon o "La palabra de un samurai" trasciende un pacto de confianza y completa fe. Con dichos pactos no había necesidad de ponerlo por escrito.
El Samurai también necesitaba un completo auto-control y estoicismo para ser totalmente honroso. No mostraba signos de dolor o alegría. Soporta todo interiormente, nada de gemidos y lloros. Siempre mostraba un comportamiento calmado y una compostura mental que hacían que ninguna pasión de ningún tipo debería interponerse. El era un verdadero y completo guerrero.
Los factores que hicieron el Bushido son pocos y simples. Así de simple, el Bushido creo un modo de vida para mantener a una nación a través de sus tiempos mas problemáticos, a través de guerras civiles, desesperación e incertidumbre.
"El conjunto de las naturalezas poco sofisticadas de nuestros ancestros guerreros derivaron en un extendido alimento para sus espíritus desde una madeja de enseñanzas fragmentadas y vulgares, recogidas como si fueran caminos desviados de antiguos conocimientos, y, estimulados por las demandas de una era que formo a partir de todos esos esquejes un nuevo y único modo de vida" (Nitobe 20)
El Samurai y su uso del Bushido
En Japón la clase guerrera era conocida como Samuráis, también llamada Bushi. Formaron una clase durante los siglos IX y XII. Emergieron de las provincias de Japón para transformarse en la clase gobernante, hasta su declive y total abolición en 1876, durante la era Meiji.
Los samuráis eran luchadores, expertos en las artes marciales. Tenían notable habilidad con el arco y la espada. También eran grandes jinetes.
Eran hombres que vivían siguiendo el Bushido; era su modo de vida. La lealtad total del samurai era para su Emperador y para su Daimyo. Eran honestos y de total confianza. Vivían vidas frugales, sin intereses en la riqueza y cosas materiales, pero con gran interés en el orgullo y honor. Eran hombres de valor verdadero. Los Samuráis no temían a la muerte. Entablarían batalla sin importar cuales fueran las dificultades. Morir en la guerra reportaría honor a su familia y a su señor.
Los samuráis preferían luchar solos, uno contra otro. En batalla un Samurai "invocaría" el nombre de su familia, Rango y hazañas. Entonces buscaría un oponente de similar rango y batallarían. Cuando el Samurai acaba con su oponente le decapita, para así tras la batalla retornar con las cabezas de los oponentes vencidos que acreditan así su victoria. Las cabezas de los generales y aquellos con alto rango eran transportadas de vuelta a la capital y mostradas en las celebraciones y similares.
La única salida para un Samurai derrotado era la muerte o el suicidio ritual: seppuku.
Seppuku, desentrañamiento también conocido como Hara-Kiri, es cuando un Samurai literalmente se saca las entrañas. Tras ese acto, otro samurai, usualmente un amigo o pariente, le corta la cabeza.
Esta forma de suicido era realizada bajo diferentes circunstancias "Para evitar la captura en batalla, captura que el samurai no consideraba deshonrosa y degradante, pero de mala política; para expiar un acto indigno o fechoría; y quizás mas interesantemente, para advertir a su Señor"(Varley 32)
Un Samurai preferiría matarse a si mismo antes que traer deshonor y desgracia al nombre de su familia y a su Señor. Esto era considerado un acto de verdadero honor.
Los samuráis fueron la clase dominante durante 1400 y 1500. En 1600 era el tiempo de la unificación, las luchas en Japón habían cesado. Entonces, avanzado el final de la era Tokugawa, en los últimos 1700 Japón comenzó a moverse hacia una vida mas modernizada, mas "Occidental". Los samuráis y su modo de vida fueron oficialmente abolidos en los primeros años de 1870.No había necesidad para los hombres luchadores, para los guerreros, para los samuráis.
Pero no fueron olvidados del todo. Es algo que da que pensar.